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El cine también se baila!
La Danza en el Cine
La Alegre Divorciada (1934)
Dir. Mark Sandrich (USA).
En la alegre divorciada de 1934, el personaje de Ginger Rogers, Mimi Glossop quiere divorciarse de su esposo porque si, ante lo cual su tía, para ayudarla, contrata a un profesional para que interprete el papel de su amante y asi monten la charada de una aparente infidelidad para tratar de conseguir que su esposo acceda al divorcio.
En su trayecto de regreso a Estados Unidos, el bailarín Guy Holden, interpretado por Fred Astaire, (revisitando este mismo papel con el que triunfara en Broadway unos años antes), se encuentra con Mimi en el puerto de embarque y ella cree que él es el profesional contratado por su tía y ahí empiezan los enredos.
En esta comedia músical la trama es lo de menos, pues es un simple pretexto para ver a la pareja de baile más icónica de Hollywood bailar.
La película ganó tres premios Oscar y el primer premio Oscar otorgado a la mejor canción “El Continental” que aparece en un número musical de 22 minutos de duración.
En la alegre divorciada de 1934, el personaje de Ginger Rogers, Mimi Glossop quiere divorciarse de su esposo porque si, ante lo cual su tía, para ayudarla, contrata a un profesional para que interprete el papel de su amante y asi monten la charada de una aparente infidelidad para tratar de conseguir que su esposo acceda al divorcio.
En su trayecto de regreso a Estados Unidos, el bailarín Guy Holden, interpretado por Fred Astaire, (revisitando este mismo papel con el que triunfara en Broadway unos años antes), se encuentra con Mimi en el puerto de embarque y ella cree que él es el profesional contratado por su tía y ahí empiezan los enredos.
En esta comedia músical la trama es lo de menos, pues es un simple pretexto para ver a la pareja de baile más icónica de Hollywood bailar.
La película ganó tres premios Oscar y el primer premio Oscar otorgado a la mejor canción “El Continental” que aparece en un número musical de 22 minutos de duración.
Cantando bajo la lluvia (1952)
Stanley Donen, Gene Kelly (USA)
El año en el que se desarrolla la trama de este aclamado musical Hollywoodense es 1927, año en que Hollywood comienza la transición del cine mudo al sonoro.
Es en este contexto en el que el personaje de Gene Kelley, Don Lockwood, y el personaje de la hermosa Jean Hagen, Lina Lamont forman la pareja ideal del cine mudo.
Fuera de la pantalla solo Lina cree que la química entre ellos es real y Don tiene que esquivar sus avances románticos con la ayuda de su viejo amigo pianista y músico Cosmo Brown, interpretado por Donald O’Connor, especialmente cuando Don se enamora de la corista Kathy Selden, interpretada por la talentosa Debbie Reynolds (la mamá de la princesa Leia). Los problemas comienzan con la llegada del cine sonoro, pues resulta imperioso convertir la nueva película de Don y Lina en una película hablada y musical. El pequeño inconveniente de este plan es que la voz de Lina es tan terrible que debe ser escuchada para creerse. Para solucionar este inconveniente (que por cierto, en la vida real, acabó con la carrera de numerosos actores de la era muda) le piden a Kathy que doble la voz de Lina tanto en los diálogos como en las canciones, pero todo en secreto, por supuesto que Lina se entera y ahí empiezan los problemas.
El año en el que se desarrolla la trama de este aclamado musical Hollywoodense es 1927, año en que Hollywood comienza la transición del cine mudo al sonoro.
Es en este contexto en el que el personaje de Gene Kelley, Don Lockwood, y el personaje de la hermosa Jean Hagen, Lina Lamont forman la pareja ideal del cine mudo.
Fuera de la pantalla solo Lina cree que la química entre ellos es real y Don tiene que esquivar sus avances románticos con la ayuda de su viejo amigo pianista y músico Cosmo Brown, interpretado por Donald O’Connor, especialmente cuando Don se enamora de la corista Kathy Selden, interpretada por la talentosa Debbie Reynolds (la mamá de la princesa Leia). Los problemas comienzan con la llegada del cine sonoro, pues resulta imperioso convertir la nueva película de Don y Lina en una película hablada y musical. El pequeño inconveniente de este plan es que la voz de Lina es tan terrible que debe ser escuchada para creerse. Para solucionar este inconveniente (que por cierto, en la vida real, acabó con la carrera de numerosos actores de la era muda) le piden a Kathy que doble la voz de Lina tanto en los diálogos como en las canciones, pero todo en secreto, por supuesto que Lina se entera y ahí empiezan los problemas.
Brindís de Amor (1953)
Vincente Minelli (USA)
Brindis de amor, nos cuenta la historia de Tony Hunter (Fred Astaire) un bailarín y cantante de Hollywood que siente que su carrera no va para ningún lado. Sus amigos Lily y Les Martin interpretados por Oscar Levant y Nanette Fabray, lo invitan para que se una a la obra musical que están planeando para Broadway y él accede. Sin embargo, las cosas no van bien pues el director de la obra Jeffrey Cordova, interpretado por Jack Buchanan, es un artista grandilocuente que quiere hacer del musical una obra de arte modernista y exige contratar a la prima ballerina Gabeille Gerard, interpretada por la hermosa y talentosa Cyd Charisse para que actúe al lado de Tony. Ahí es donde comienzan los problemas porque nada sale bien y el show está condenado por sus altas pretensiones y al público no le agrada. Pero como suele suceder en los musicales de la década de los 50, el romance lo cura todo y Tony trata de salvar el show mientras trata de enamorar a su co-estrella.
En realidad como suele suceder con las películas musicales de Hollywood, todo es un pretexto para ver bailar a Fred Astaire con la despampanante Cyd Charisse.
La película fue nominada para tres premios Oscar.
Brindis de amor, nos cuenta la historia de Tony Hunter (Fred Astaire) un bailarín y cantante de Hollywood que siente que su carrera no va para ningún lado. Sus amigos Lily y Les Martin interpretados por Oscar Levant y Nanette Fabray, lo invitan para que se una a la obra musical que están planeando para Broadway y él accede. Sin embargo, las cosas no van bien pues el director de la obra Jeffrey Cordova, interpretado por Jack Buchanan, es un artista grandilocuente que quiere hacer del musical una obra de arte modernista y exige contratar a la prima ballerina Gabeille Gerard, interpretada por la hermosa y talentosa Cyd Charisse para que actúe al lado de Tony. Ahí es donde comienzan los problemas porque nada sale bien y el show está condenado por sus altas pretensiones y al público no le agrada. Pero como suele suceder en los musicales de la década de los 50, el romance lo cura todo y Tony trata de salvar el show mientras trata de enamorar a su co-estrella.
En realidad como suele suceder con las películas musicales de Hollywood, todo es un pretexto para ver bailar a Fred Astaire con la despampanante Cyd Charisse.
La película fue nominada para tres premios Oscar.
Los Tarantos (1963)
Dir. Francisco Rovira Beleta
(España)
Los tarantos es una maravillosa adaptación de la obra de teatro “La historia de los tarantos” escrita por Alfredo Maña, quien hace una reinterpretación del clásico tema de los dos enamorados cuyo amor es imposible debido a que sus respectivas familias son enemigas a muerte. Naturalmente que el tema lo conocemos bien gracias a William Shakespeare y su inmortal Romeo y Julieta.
En el caso de los Tarantos, estelarizada por los extraordinarios artistas Carmen Amaya (en su último papel en cine) y Antoinio Gades, se cuenta la historia de un par de gitanos enamorados que forman parte de familias que se odian a muerte en el ahora desaparecido barrio de Somorrostro de Barcelona.
El director hace un esfuerzo evidente por ser fiel a los paisajes, tradiciones y condiciones sociales de Cataluña pues sus imágenes y narrativa llegan muchas veces a parecer parte de un documental. El drama y la pasión de la historia es bellamente profundizado por el maravilloso baile flamenco de Amaya y Gades.
Esta película es una oportunidad para adentrarnos un poco en la vida y las costumbres gitanas, pues sin caer en los estereotipos fáciles de vender, el director hace un recuento realista y detallado de las tradiciones de un pueblo segregado del resto de la sociedad.
(España)
Los tarantos es una maravillosa adaptación de la obra de teatro “La historia de los tarantos” escrita por Alfredo Maña, quien hace una reinterpretación del clásico tema de los dos enamorados cuyo amor es imposible debido a que sus respectivas familias son enemigas a muerte. Naturalmente que el tema lo conocemos bien gracias a William Shakespeare y su inmortal Romeo y Julieta.
En el caso de los Tarantos, estelarizada por los extraordinarios artistas Carmen Amaya (en su último papel en cine) y Antoinio Gades, se cuenta la historia de un par de gitanos enamorados que forman parte de familias que se odian a muerte en el ahora desaparecido barrio de Somorrostro de Barcelona.
El director hace un esfuerzo evidente por ser fiel a los paisajes, tradiciones y condiciones sociales de Cataluña pues sus imágenes y narrativa llegan muchas veces a parecer parte de un documental. El drama y la pasión de la historia es bellamente profundizado por el maravilloso baile flamenco de Amaya y Gades.
Esta película es una oportunidad para adentrarnos un poco en la vida y las costumbres gitanas, pues sin caer en los estereotipos fáciles de vender, el director hace un recuento realista y detallado de las tradiciones de un pueblo segregado del resto de la sociedad.
Dulce Caridad (1969)
Dir. Bob Fosse (USA)
Dulce caridad no es una película fácil de ver completa. Los diálogos muchas veces suenan acartonados y sin vida, las actuaciones de Neil Simon y Shiley Mclane son francamente exageradas y cursis, y el director Bob Fosse exagera en los elementos estilísticos propios de la década de los sesenta como zooms rápidos y cuadros congelados que hacen ver a la película artificial y sobreproducida.
Entonces porque sentarse a ver esta película que puede llegar a ser realmente aburrida por momentos bastante largos. La respuesta es rápida, sencilla y contundente: los maravillosos números musicales coreografiados por el inigualable Bob Fosse.
Todos los números musicales son del más alto calibre jamás puestos en una película. Bob Fosse rápidamente se adapta al lenguaje cinematográfico pues logra hacer lo que muy pocos coreógrafos provenientes del teatro logran, que es evitar que sus películas luzcan como obras de teatro filmadas. Fosse sabe utilizar la cámara para hacer que las formas y movimientos de sus bailarines parezcan verdaderos cuadros cubistas en movimiento.
¿Cómo describir el número musical que toma lugar en el Club nocturno Pompei? Es como si echaran en una licuadora cuadros de Picasso, unas litografías de Andy Warhol, una película de Fellini, otra de Godard y a la mezcla le ponen la coreografía más rara y cautivante que jamás nadie haya concebido.
A pesar de sus muchas fallas “Dulce Caridad” compensa con creces las secuencias largas y tediosas de diálogos sin fin, con números musicales explosivamente cautivantes, que se quedan tatuados en la memoria de quien esté dispuesto a darle una oportunidad a este primer experimento de Fosse que años más tarde evolucionará en su obra maestra “Cabaret”.
Dulce caridad no es una película fácil de ver completa. Los diálogos muchas veces suenan acartonados y sin vida, las actuaciones de Neil Simon y Shiley Mclane son francamente exageradas y cursis, y el director Bob Fosse exagera en los elementos estilísticos propios de la década de los sesenta como zooms rápidos y cuadros congelados que hacen ver a la película artificial y sobreproducida.
Entonces porque sentarse a ver esta película que puede llegar a ser realmente aburrida por momentos bastante largos. La respuesta es rápida, sencilla y contundente: los maravillosos números musicales coreografiados por el inigualable Bob Fosse.
Todos los números musicales son del más alto calibre jamás puestos en una película. Bob Fosse rápidamente se adapta al lenguaje cinematográfico pues logra hacer lo que muy pocos coreógrafos provenientes del teatro logran, que es evitar que sus películas luzcan como obras de teatro filmadas. Fosse sabe utilizar la cámara para hacer que las formas y movimientos de sus bailarines parezcan verdaderos cuadros cubistas en movimiento.
¿Cómo describir el número musical que toma lugar en el Club nocturno Pompei? Es como si echaran en una licuadora cuadros de Picasso, unas litografías de Andy Warhol, una película de Fellini, otra de Godard y a la mezcla le ponen la coreografía más rara y cautivante que jamás nadie haya concebido.
A pesar de sus muchas fallas “Dulce Caridad” compensa con creces las secuencias largas y tediosas de diálogos sin fin, con números musicales explosivamente cautivantes, que se quedan tatuados en la memoria de quien esté dispuesto a darle una oportunidad a este primer experimento de Fosse que años más tarde evolucionará en su obra maestra “Cabaret”.
Fiebre de Sábado por la Noche (1977)
John Badham (USA)
Así como hay películas que representan toda una década como “Blow up” los 60s o Wallstreet los 80s, podemos asegurar que Fiebre de Sábado por la noche captura la esencia de los 70s. En primera instancia uno recuerda la música disco y a un muy joven John Travolta moviendo las caderas por primera vez en una película volviéndose una estrella de cine instantáneamente.
Todas las escenas de baile de esta película son memorables y muy divertidas sin embargo no hay que irse con la finta pues el resto de la trama trata los conflictos que enfrenta la juventud urbana al empezar a entrar en la adultez. Temas que eran relevantes a finales de los 70s y que siguen estando vigentes. La película es cruda y a veces despiadada en la representación gráfica de la violencia, la violencia sexual y la muerte.
En un ambiente urbano gris y angustiante, el personaje de John Travolta, Tony, encuentra en la pista de baile un espacio de desfogue y escapismo en donde encuentra la libertad que no es capaz de vivir en ningún otro lado.
Así como hay películas que representan toda una década como “Blow up” los 60s o Wallstreet los 80s, podemos asegurar que Fiebre de Sábado por la noche captura la esencia de los 70s. En primera instancia uno recuerda la música disco y a un muy joven John Travolta moviendo las caderas por primera vez en una película volviéndose una estrella de cine instantáneamente.
Todas las escenas de baile de esta película son memorables y muy divertidas sin embargo no hay que irse con la finta pues el resto de la trama trata los conflictos que enfrenta la juventud urbana al empezar a entrar en la adultez. Temas que eran relevantes a finales de los 70s y que siguen estando vigentes. La película es cruda y a veces despiadada en la representación gráfica de la violencia, la violencia sexual y la muerte.
En un ambiente urbano gris y angustiante, el personaje de John Travolta, Tony, encuentra en la pista de baile un espacio de desfogue y escapismo en donde encuentra la libertad que no es capaz de vivir en ningún otro lado.
HAIR (1979)
Dir. Milos Forman (USA)
Hair es una película de 1979 basada en el musical de Broadway homónimo dirigida por Milos Forman.
Un joven granjero de Oklahoma llamado Claude Bukowski (John Savage) deja su casa para ir a la ciudad de Nueva York donde espera ser reclutado por el ejército para ir a pelear a Vietnam.
Recién llegado camina por Central Park admirando la majestuosidad de la ciudad y es ahí donde conoce por un lado a un grupo de Hippies y por el otro a un trío de mujeres adineradas que disfrutan de una cabalgata por el parque en sus hermosos caballos.
Claude queda pasmado por la belleza de una de las mujeres a caballo Sheila Franklin (Beverly D'Angelo). El líder de los hippies, Berger, (Treat Williams) trata de convencer a Claude de que persiga a Sheila y se olvide del reclutamiento.
Como es de esperarse en un musical, toda la trama se ve interrumpida de vez en cuando por los números musicales, los cuales todos cuentan con canciones muy pegajosas pero cuyas coreografías pecan de sencillez y demasiada libertad. Al parecer el director Forman se interesó más en filmar las escenas dramáticas y desatendió el baile de los musicales.
Aun así es una película que vale la pena ver tanto por los conflictos emocionales de los personajes como por las canciones aunque el baile no sea tan espectacular como en otros musicales famosos.
Hair es una película de 1979 basada en el musical de Broadway homónimo dirigida por Milos Forman.
Un joven granjero de Oklahoma llamado Claude Bukowski (John Savage) deja su casa para ir a la ciudad de Nueva York donde espera ser reclutado por el ejército para ir a pelear a Vietnam.
Recién llegado camina por Central Park admirando la majestuosidad de la ciudad y es ahí donde conoce por un lado a un grupo de Hippies y por el otro a un trío de mujeres adineradas que disfrutan de una cabalgata por el parque en sus hermosos caballos.
Claude queda pasmado por la belleza de una de las mujeres a caballo Sheila Franklin (Beverly D'Angelo). El líder de los hippies, Berger, (Treat Williams) trata de convencer a Claude de que persiga a Sheila y se olvide del reclutamiento.
Como es de esperarse en un musical, toda la trama se ve interrumpida de vez en cuando por los números musicales, los cuales todos cuentan con canciones muy pegajosas pero cuyas coreografías pecan de sencillez y demasiada libertad. Al parecer el director Forman se interesó más en filmar las escenas dramáticas y desatendió el baile de los musicales.
Aun así es una película que vale la pena ver tanto por los conflictos emocionales de los personajes como por las canciones aunque el baile no sea tan espectacular como en otros musicales famosos.
Fama (1980)
Alan Parker (USA)
Fama de Alan Parker es una película que ha envejecido con estilo y que se mantiene vigente 30 años después de su estreno en 1980.
La historia de un grupo de jóvenes luchando por alcanzar sus sueños nunca pasa de moda, pero independientemente de que el drama está vigente y las actuaciones de todos los jóvenes actores es de primer nivel, son los musicales los que se llevan las palmas pues la banda sonora sigue siendo emocionante y cautivante, las coreografías dinámicas y grandiosas pues utilizan de escenario las calles de una ciudad de Nueva York que luce magnificente.
El drama que se vive dia a dia en la prestigiosa escuela de artes escénicas de Nueva York protagonizado tanto por maestros como por alumnos fue tan exitoso en la pantalla grande que generó una serie de televisión que duró 5 años al aire con varios de los actores originales salidos de la película.
Esta película fue nominada para 6 premios Oscar y ganó dos en las categorías de Mejor canción original y Mejor Banda sonora.
Fama de Alan Parker es una película que ha envejecido con estilo y que se mantiene vigente 30 años después de su estreno en 1980.
La historia de un grupo de jóvenes luchando por alcanzar sus sueños nunca pasa de moda, pero independientemente de que el drama está vigente y las actuaciones de todos los jóvenes actores es de primer nivel, son los musicales los que se llevan las palmas pues la banda sonora sigue siendo emocionante y cautivante, las coreografías dinámicas y grandiosas pues utilizan de escenario las calles de una ciudad de Nueva York que luce magnificente.
El drama que se vive dia a dia en la prestigiosa escuela de artes escénicas de Nueva York protagonizado tanto por maestros como por alumnos fue tan exitoso en la pantalla grande que generó una serie de televisión que duró 5 años al aire con varios de los actores originales salidos de la película.
Esta película fue nominada para 6 premios Oscar y ganó dos en las categorías de Mejor canción original y Mejor Banda sonora.
Bodas de Sangre (1981)
Carlos Saura (España)
Si se ha leído Bodas de sangre de Federico García Lorca antes de ver esta película es posible que se pregunte porque se ha titulado homónimamente ya que de la obra de Lorca casi no hay nada.
La importancia de esta película radica en ser la primera colaboración entre Gades y Saura aunque a los dos habría que criticarlos por su trabajo en esta película. Uno, Gades, por usar al flamenco en sus coreografías de una forma demasiado literal, no hay sutileza ni metáfora, todos los movimientos tienen un significado demasiado evidente como para dar lugar a interpretaciones, lo cual vuelve a muchas coreografías caricaturescas. Por otro lado, Saura tiene un uso errático y rígido de la cámara que se contrapone al flujo natural de los movimientos de los bailarines. Se nota que es su primer trabajo filmando danza.
Sin embargo el aspecto documental de esta película es lo que la hace interesante, poder visitar los camerinos de los artistas en sus momentos de preparación previos al ensayo y luego estar presentes en el ensayo mismo es una oportunidad que solo el cine puede dar a las personas que no nos dedicamos a la danza ni a las artes escénicas.
Saura en su trilogía flamenca nos invita a compartir íntimamente la vida de los artistas flamencos comenzando con esta película, la cual carece casi completamente de trama, con un ritmo más bien semi-lento difícil de aguantar pero que cuando el flamenco aparece en escena nada más importa.
Si se ha leído Bodas de sangre de Federico García Lorca antes de ver esta película es posible que se pregunte porque se ha titulado homónimamente ya que de la obra de Lorca casi no hay nada.
La importancia de esta película radica en ser la primera colaboración entre Gades y Saura aunque a los dos habría que criticarlos por su trabajo en esta película. Uno, Gades, por usar al flamenco en sus coreografías de una forma demasiado literal, no hay sutileza ni metáfora, todos los movimientos tienen un significado demasiado evidente como para dar lugar a interpretaciones, lo cual vuelve a muchas coreografías caricaturescas. Por otro lado, Saura tiene un uso errático y rígido de la cámara que se contrapone al flujo natural de los movimientos de los bailarines. Se nota que es su primer trabajo filmando danza.
Sin embargo el aspecto documental de esta película es lo que la hace interesante, poder visitar los camerinos de los artistas en sus momentos de preparación previos al ensayo y luego estar presentes en el ensayo mismo es una oportunidad que solo el cine puede dar a las personas que no nos dedicamos a la danza ni a las artes escénicas.
Saura en su trilogía flamenca nos invita a compartir íntimamente la vida de los artistas flamencos comenzando con esta película, la cual carece casi completamente de trama, con un ritmo más bien semi-lento difícil de aguantar pero que cuando el flamenco aparece en escena nada más importa.
Carmen (1983)
Carlos Saura (España)
Flash Dance (1983)
Adrian Lyne (USA)
Footloose (1984)
Herbert Ross (USA)
Sol de media noche (1985)
Taylor Hackford (USA)
A Chorus Line (1985)
Richard Attenborough (USA)
El amor brujo (1986)
Dir. Carlos Saura (España)
Shall we Dansu? (1996)
Masayuki Suo (Japón)
Billy Elliot (2000)
Stephen Daldry (Reino Unido/Francia)
Camino a la Fama (2000)
Nicholas Hytner (USA)
Bailando en la Oscuridad (2000)
Lars von Trier (Dinamarca/Alemania/Holanda/Italia/USA/Reino Unido/Francia/Suecia/Finlandia/Islandia/Noruega
Vengo (2000)
Tony Gatlif (España)
Pasión y Baile (2001)
Thomas Carter (USA)
Chicago (2002)
Rob Marshall (USA)
Drácula: Paginas del diario de una virgen (2002)
Guy Maddin (Canada)
Salomé (2002)
Carlos Saura (España)
Bailamos? (2004)
Peter Chelsom (USA)
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